Susana Alicia Larrubia

Como yo la recuerdo…

Alegre, sonriente, confiada, sobre todo con una mirada dulce…Me acuerdo de haber compartido con ella cosas de adolescente …una excursión a Punta Lara en bicicleta con una enorme sandia que
compartimos muy divertidas…
Me acuerdo de haber compartido cosas de más adultos. Y entonces a veces me contaba sus dudas y convicciones. Creo que era una amiga que ofrecía todo su cariño y su comprensión. Creo que me
aceptaba tal como era…
Era muy femenina, dulce y linda pero no se daba demasiada cuenta, parecía que simplemente era así…parecía distraída de su belleza.
Pero por sobre todo creía mucho en lo que hacía, y sacaba mucha fuerza de su fe. Sí, su fe era su apoyo más importante.

Cintia Russo

Pedaleando suelos

Susana fue muy importante en mi adolescencia y luego en cada etapa de la vida ha estado presente de una manera o de otra. Diez años después de su desaparición, en un largo trabajo que hice en México incluí en la primera página una mención a Susana In memoriam. Cuando me preguntaron sobre la dedicatoria, me vi en la necesidad de explicar quién era ella y por qué había decidido honrar su memoria de esa manera. Entonces dije que era una amiga entrañable con quien había aprendido el valor del presente para construir un futuro. In memoriam era un homenaje para alguien que ha fallecido, sabía entonces que “desaparecido” era solo el eufemismo de muerte.

Recupero del trasto de los recuerdos los domingos del verano del 76 cuando vendíamos helado en bicicleta. Habíamos aprendido a hacer el cantito anunciando ¡Helados Laponia!  por Ensenada y Punta Lara. Supongo que hacía calor, pero solo recuerdo que nos divertíamos , íbamos en tándem…¡Susy adelante!

En ese año 76, se precipitaron los acontecimientos como una vorágine, se anunciaba un clima ominoso …cómo traducir esa sensación, esa amenaza o presagio de algo oscuro. Pasado el 24 de marzo del 76, un día Susana me dijo…”crees que seríamos capaces de soportar el dolor para defender a nuestros compañeros y un proyecto colectivo”. Ella estaba decidida e internamente tenía algo muy sereno…

Siempre me asombró la forma en que practicaba su fe. Hasta en los días más difíciles, cuando sabía que corría peligro, asistía a misa. Esa fe inquebrantable que seguramente le transmitió Alicia y aprendió en su casa familiar, la vivía intensamente y en gran parte era su sostén.

Atravesar lo que parece imposible y seguir adelante…Es verdad que la convicción y la juventud empujan montañas …o al menos cada generación tiene que poder enfrentar lo imposible. 

Cuando me quedé sola y con un rumbo incierto, un día recibí un mensaje de Susy para encontrarnos en una estación del ferrocarril del sur. Ahora no recuerdo la estación, pero sí el abrazo que nos dimos. Creo que literalmente me había quedado sin apoyos y ella quiso demostrarme que siempre estaría a mi lado y que se podía seguir andando. Compartimos con ella y su pareja una larga noche de charla y risas, y nos prometimos encontrarnos en un futuro próximo. Podrán pasar decenas de inviernos y veranos y siempre conservaré las palabras que nos dijimos… Esa fue la última vez que la vi, nos despedimos en la estación de tren. Meses después recibí una carta, que todavía conservo, escrita en una servilleta de papel.

¿Adónde van las palabras, las risas, los gestos, las miradas cuando desaparecen las personas? ¿Quedarán flotando en un éter infinito o en algún universo paralelo, sin espacio, ni tiempo? ¿Se conservarán para que alguien las escuche nuevamente?

Cintia Russo

A los desatanudos

Montoncito de miradas
Anhelantes
Pretenden descifrar misterios
Anillan décadas
Recuperan retazos de palabras
Amasan recuerdos ancianos
Lanzan desafíos
Directos al corazón
De nuestra memoria desmemoriada
Que traigamos de vuelta
La vida de los muertos
Que desempolvemos
Compromisos
Que nos hagamos cargo
De dichos y hechos
Que enrollemos
Místicas rosas
Y despleguemos banderas de Victorias
Estos jóvenes
Nos reclaman
Acá estamos entonces
Sacamos la voz desde las tripas
Tragamos lágrimas tramposas
Vinimos
Con nuestras Susanas
Las tres
Susana de la inocencia inteligente
Susana de la búsqueda incansable
Susana de la sonrisa bondadosa
Humildes
Alegres
Dispuestas a la vida
Susanas de las Victorias

Beatriz Horrac

Te traje el regalo

Pequeña Susy, este dibujo fue hecho por mi compañero, Waldemar Bellini, después que te ayudamos a mudarte a la villa del camino a Ensenada.
El viejo DKW llevaba, tus libros, tus peluches, tu ropa (poca en realidad).
Lo hizo para que lo pusieras en la casilla, cuatro chinches y listo…pero entre las materias, la bebe, no tuvimos tiempo de dártelo a vos o a tu hermana…y se quedo en casa … hoy traigo su hoja amarillenta para que TU HIJA , ponga cuatro chinches se suene los mocos… y listo….

Susana de Iraola y Cacho Bellini

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